Si alguna aurora
despierta oscura,
y ya no alumbra tu sol,
llámame.
Si tu hijo llora
y con su llanto,
tu llanto ahoga,
llámame.
Si tus ojos no se cierran
y tus lágrimas no se secan,
llámame.
Si tu soledad
necesita compañía
y sólo necesitas el silencio,
llámame.
Si quieres la mano
de un amigo,
o la complicidad de un extraño,
llámame.
Cuando amanezca otra vez,
y el sol esté
en tu zénit, si así lo quieres,
olvídame.
30 dic 2007
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1 comentario:
simplemente preciosa.
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