17 feb 2008

CONFESION

Luís, querido y reencontrado amigo, pensé que quizás habías desaparecido y estarías ya acunado por el Padre. Que gozo tenerte tan cerca al otro lado del charco y poder hablarte a través de éste teclado que a tantos nos une y a tantos cabrea. Cómo estás pibe?. Vos sos la esperanza y el orgullo de esta humanidad que agoniza, entre un cielo que no sabe llover y un mar que empieza a agonizar.... Sabes que en Barcelona ya han empezado las restricciones de agua...? Este mundo se acaba. Vendrá otro, pero éste se acaba... nosotros ya no estaremos, pero vaya papeleta les legamos a nuestros hijos !!
Y Fray Antonio, cómo está , aún no ha creado ningún partido socialista al estilo de su amigo Fidel...?
Dejo de hablar de chorradas y empiezo ha hablar de mí. Tengo una mala salud de hierro, mis piernas casi no me sostienen, pero mi cabeza está en su sitio y sigo pensando, escribiendo y observando el paso del tiempo, de alguna nube, de mis hijos, de mis nietos y del mar, mi Mediterráneo, siempre azul y tan próximo. Pronto llegarán las golondrinas y llenarán el cielo de tirabuzones. Son los rizos de la barba del Gran Padre. Cada primavera acerca su cara, para que los acaricie. La barba del Gran Padre es tan suave...
Veo que te acuerdas de mi y de mis «neuras», sigo con ellas, Cristiano pero no Católico Tu eres el único y el último cura al que le haya confiado mis «pecados». De hecho estoy muy contento. El otro día, pasé por el Ayuntamiento -Municipalidad de Castellolí, que es donde pasaré cuando fenezca, el resto de eternidad.
Allí tengo reservado al lado de Papá y Mamá un nicho, una tumba para mis huesos. Allí seré feliz en mi paz, en el silencio y con la algarabía de los cientos de gorriones que van a picotear las almendras del almendro delantero, mientras mi alma inmortal va a convertirse en un “entrecotte grilleé” hasta el final de los tiempos. Un vuelta y vuelta constante y eterno.
-Padre, perdóneme por qué he pecado.
-Dime hijo mío ...
-He enfadado a mis papás...
-Hace mucho... mucho tiempo, deseé a alguna prójima, pero es que estaba buenííísima. No se dejó. Ahora ya no está buenííísima, pero hay otras que sí. Pero sabe, ahora estoy, soy viejo y tengo un problema , ni me quieren, ni tengo posibilidades de éxito. Usted cree, que me merezco el infierno eterno?
- Además no tengo propósito de enmienda.
Coño, deme Vd. una admistía transitoria... es tanto pedir?
-Tendré que ir a ver a un tal Fausto, que dicen que tiene poderes...
Padre, perdona mis pecados, pero al menos déjeme la memoria y el deseo.

Ya veo que no tengo solución. Mi carne es débil. Cuando se pase por la parrilla, será tierna como un filete.
Tuyo afectísimo pecador, carlesdetiana@ya.com Un abrazo muy fuerte.